jueves, 21 de febrero de 2019

Displasia de cadera, caso práctico.

La displasia de cadera es la enfermedad osteoarticular más frecuente en perros. Se presenta con una mala congruencia de la cavidad acetabular (cadera) con las cabezas femorales que pueden aparecer luxadas o sub luxadas, es decir, fuera de su lugar natural. La cabeza del fémur al no tener un buen recubrimiento “baila” y esto produce estrés, inflama y debilita la articulación y los tejidos periarticulares. La displasia de cadera tiene claros índices de heredabilidad, aunque muchas veces los perros son portadores pero no la desarrollan. Influyen factores tanto ambientales como el desarrollo rápido y la nutrición así como factores genéticos. Podemos ver hijos con displasia de cadera de padres normales e incluso viceversa, aunque dado el alto riesgo de transmitir la enfermedad a la descendencia no se debería hacer criar a padres enfermos.

Vamos a poner un caso práctico para saber cada paso a seguir

Anamnesis 
Se presenta en el veterinario una señora que trae a su perrita Pepi, una mestiza de pastor de 6 meses de edad, porque ha empezado a cojear repentinamente de una pata trasera, tiene dificultades para andar y para echarse, va como agachada y arrastrando la parte trasera, en ocasiones mueve las dos patas a la vez. Además ha notado un gran decaimiento del estado de ánimo, incluso algo de agresividad al tocarla esa zona. No ha tenido ningún traumatismo reciente. Desconoce el origen de los padres.

Pruebas diagnosticas
La temperatura es de 38.7ºC; Pesa 15 k; en la palpación muestra dolor; se procede a hacer una radiografía, para ello se anestesia al animal para que relajen los músculos y ligamentos, y se le coloca en posición ventrodorsal con los miembros extendidos, paralelos y con las rotulas bien posicionadas (girando las patas un poco hacia adentro).

Diagnostico 
Como se ve en la radiografía hay una displasia de cadera ya que la cabeza del fémur no está bien posicionada en el acetábulo, de la pata izquierda. 

Resultado de imagen de displasia de cadera perro radiografia


Pronóstico
La displasia no es una enfermedad que se cure con tratamientos, estos más bien, están encaminados para mejorar temporalmente la calidad de vida del animal. Es una entidad controlable pero no curable. Es una enfermedad grave funcional pero no grave vital, por tanto el paciente sufrirá de una disfunción locomotora pero no compromete su vida. Debemos explicarle bien a la dueña  lo que puede ocurrir en un futuro, como la aparición de inflamaciones de las superficies articulares, artrosis o incluso otras patologías ortopédicas como la luxación de rotula por el mal posicionamiento al caminar, ya que lo que queremos es mejorar la calidad de vida del animal.

Tratamiento 
Tenemos que plantearle a la dueña los dos métodos que hay para tratar la displasia.  El método conservador (no invasivo) a base de corticoides, antiinflamatorios no esteroideos, condoprotectores y regeneradores del cartílago. Este tratamiento tiene por objetivo la inhibición de la inflamación, alivio del dolor, regeneración de las superficies articulares, reparación del cartílago y recuperación de la función articular. La fisioterapia también ayuda mucho a desarrollar mejor la musculatura sin dolor, a sacar tensiones y eliminar compensaciones que el perro ha realizado. Podemos ayudar de muchas maneras a nuestro perro con displasia de cadera. Es muy recomendable la reducción de la carga en la cadera bien reduciendo el peso del animal, el ejercicio moderado y sobretodo regular. El ejercicio físico nos ayudará mucho a mejorar la masa muscular que soportará mejor la mala congruencia articular. La fisioterapia y los masajes permiten tener siempre al perro en un estado muscular correcto.  Y el método quirúrgico (más recomendable), que puede ser por osteotomías (corte de los huesos), prótesis total de la articulación o resección de la cabeza del fémur. En este caso se recomienda a la dueña la resección de la cabeza del fémur, ya que la perra no pesa mucho y simplemente cortando la cabeza del fémur recuperaría la movilidad, y tendría menos coste. Pero la dueña que quiere quedarse más segura de la recuperación, y quiere que le coloquen una prótesis total de la articulación.  Esta técnica consiste en suprimir completamente la cabeza y cuello femoral y el acetábulo, y sustituirlos por otros artificiales.

 Los módulos de la prótesis de cadera son:       


  • Vástago, compuesto de una aleación de titanio.        
  • Cabeza, compuesta de una aleación de cromo-cobalto. 
  • Acetábulo, compuesto de polietileno, con un cerclaje metálico que lo circunda y que permitirá el estudio radiográfico de su orientación. Los componentes se unen al hueso correspondiente mediante la utilización de un cemento ortopédico a base polimetilmetacrilato, radiopaco por la adición de sulfato de bario. El sistema modular permite una restauración biomecánica normal y tiene éxito clínico a largo plazo. El canal medular es ocupado por el vástago, capaz de resistir altas cargas en su eje axial y en la torsión. 


Cirugía
La incisión se inicia dorsocaudalmente al trocánter mayor para continuar de forma arqueada por delante de la articulación y a lo largo de la diáfisis femoral hasta su tercio medio. Se separan la fascia lata y el glúteo medio, que se retrae dorsalmente. Se incide longitudinalmente el glúteo profundo y luego transversalmente en su mitad, siguiendo la incisión capsular y luxación de 90º de la cabeza femoral. Se realiza la resección del cuello femoral y la cabeza escindida se conserva por si fuera necesario usar su tejido esponjoso. Se realiza el fresado del fémur hasta alcanzar la cortical. El ensanchamiento femoral se hace progresivamente, consiguiendo el ensanchamiento ideal cuando el macho llega hasta la superficie de corte sin resistencia. Este paso evita la fractura del fémur. Se acopla el vástago al fémur. El fresado del acetábulo se practicará hasta alcanzar la cortical opuesta debiendo quedar unos 5 mm de grosor de cortical. Se perforan varios orificios en el suelo acetabular para aumentar el anclaje cementado. Posteriormente se fijan y cementan los módulos. 














Postoperatorio
Una vez que la cirugía ha sido realizada y la perra responde positivamente, debemos explicarle al dueño como debe pasar el postoperatorio ya que es algo muy importante para que resulte verdaderamente exitoso. Deben verse reducidos los  movimientos del animal durante cuatro semanas, y, posteriormente, dos meses con movimientos controlados, al cabo de los cuales podrá llevar una vida normal. El control radiográfico se hará a los tres meses de la cirugía y luego una vez al año durante toda su vida. Si la otra cadera necesitara también una prótesis no se realizará antes de dos o tres meses de la primera. También es recomendable proteger la articulación del frío con mantas térmicas o un soporte de cadera y en caso que el perro le cueste levantarse ayudarlo con arnés para posteriores, es importante que el perro se sienta cómodo y que le estimulemos a moverse y hacer ejercicio. Es recomendable también dormir en una cama para perros de viscoelástica troceada y no exponer el perro al frío ni a mucha humedad. 

Resultado de imagen de mestizo de pastor aleman durmiendo en cama

Resolución 
Tras 6 meses de la cirugía, llevando las revisiones a cabo y tomando los medicamentos, Pepi ya hace vida normal, aunque vuelve a ser una perra muy activa no hace ejercicio en exceso y lleva una buena dieta para mantener el peso y estar bien nutrida. 

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